Tengo que admitir, Natasha, que hoy me has impresionado. Me quito el sombrero. Dado que hoy no hemos ido a Agility (la monitora se encuentra mal, así que hoy no hay clase), pues he decidido dejar de lado el truco de andar sobre mis pies que llevábamos semanas practicando (aunque hace una semana, desde que destrozaste el mordedor, que no hemos entrenado) y probar algo que llevaba meses pensando en enseñarte: a hacer reverencias. Y tú vas y en diez minutos ya me lo haces. En quince, a la orden. Obviamente aún hay que practicar con distracciones, y solidificar el comportamiento... pero oye, que lo nuestro tiene mérito.
Y es que, ¿qué hay más impresionante que un perro que te saluda con una reverencia? Poco, Natasha, bien poco. Unas fotos tuyas debajo, tras la explicación de nuestro logro.
¿Cómo te lo he enseñado? Pues primero lo he intentado con un brazo bajo tu vientre, para que bajaras la cabeza y no te tumbaras... pero tú has decidido que te daba mucho corte, aunque fuera clicando poco a poco las veces que doblabas las patas delanteras. Y entonces, me ha venido la luz. He cogido el taburete y he pasado unos premios por debajo, para que te doblaras a por ellos. Tú has logrado hacer la reverencia un par de veces, pero bien que te has frustrado y me lo has ladrado por todo lo alto. Entonces, te has estirado como señal de calma, clic y fiesta. Ahí lo hemos dejado, y al rato hemos vuelto. Sin yo llegar a poner el premio bajo el taburete, a la tercera has hecho reverencia, y allí he optado por mojarme yo y probar lejos del taburete, tocándote ligeramente la espalda para que bajaras los codos al suelo, introduciendo la orden.
Ahí, de nuevo descanso.
La tercera sesión ya ha sido meter la orden gestual y la verbal, y que te estuvieras un poco en la posición, aunque yo la primera vez ni te lo he pedido. Pero mira, con eso y la orden de esperarse, han salido unas fotos muy chulas:
martes, 18 de marzo de 2014
Volvemos tras un breve hiato
Ya hace un tiempo que no escribía, cierto, y me disculpo. Pero Natasha, tú más que nadie sabes cómo me estreso yo cuando estoy de exámenes, que llego a dejar de escribirte, de leer, de hacer muchas cosas. .
Pero ya he acabado. Y por fin, llega el momento de relajarse un poco, recuperar una rutina aceptable y estar más tiempo contigo. Ahora que ha llegado el calor (la primavera nos ha entrado con fuerza, al fin se puede ir con manga corta), se está mejor incluso fuera, pero me temo que tú lo pasas un poco mal. Así que tocará beber y bastante sombra... pero al menos se puede tomar el aire.
Esta tarde, como siempre, tenemos clase de agility. Sé que a tí por el momento te marea un poco, pero vamos avanzando. Comienzas a superar tus miedos a algunos obstáculos, algo que, con tu timidez, resulta genial. Sueño con el día en que te centrarás y descubrirás lo genial que es este deporte nuestro, ignorando las distracciones. Para tí lo peor son los perros, pero día a día veo como las clases te ayudan con tu autocontrol... y a mí, a veces, a hacer bíceps (es que tienes una fuerza...)
Esta carta no será larga, y quizás tampoco interesante, pero es mi reencuentro con este blog. Esta tarde volveré a escribir, y hablaré con más detalle de cómo nos haya ido esa clase.
Hasta otra, Natasha.
Pero ya he acabado. Y por fin, llega el momento de relajarse un poco, recuperar una rutina aceptable y estar más tiempo contigo. Ahora que ha llegado el calor (la primavera nos ha entrado con fuerza, al fin se puede ir con manga corta), se está mejor incluso fuera, pero me temo que tú lo pasas un poco mal. Así que tocará beber y bastante sombra... pero al menos se puede tomar el aire.
Esta tarde, como siempre, tenemos clase de agility. Sé que a tí por el momento te marea un poco, pero vamos avanzando. Comienzas a superar tus miedos a algunos obstáculos, algo que, con tu timidez, resulta genial. Sueño con el día en que te centrarás y descubrirás lo genial que es este deporte nuestro, ignorando las distracciones. Para tí lo peor son los perros, pero día a día veo como las clases te ayudan con tu autocontrol... y a mí, a veces, a hacer bíceps (es que tienes una fuerza...)
Esta carta no será larga, y quizás tampoco interesante, pero es mi reencuentro con este blog. Esta tarde volveré a escribir, y hablaré con más detalle de cómo nos haya ido esa clase.
Hasta otra, Natasha.
martes, 18 de febrero de 2014
Primera clase de Agility
Ay Natasha, Natasha… ahora mismo estás hecha polvo. Normal.
Por ahora sé que las clases de agility te parecen, como poco, raras. Tú estás
acostumbrada a llegar al parque y comenzar a jugar, y ahora que te hacen
trabajar, pues te extraña. Has estado un poco dispersa, aunque estoy muy
orgullosa de ti. Ahora descansa, que te lo has ganado. En general me has hecho
bastante caso, y me ha alegrado mucho el ver que lo que entrenamos de
obediencia hace meses lo recuerdas casi a la perfección. Y no puedo menos que
reírme ahora que nuestra monitora nos ha revelado algo que tú estabas haciendo:
después de cada obstáculo, a esperar el premio. Si es que tú eres muy lista.
¡Casi demasiado! Pero bueno, pronto aprenderás. Algunos obstáculos los hemos
podido hacer sin correa, aunque tú no te enterabas casi demasiado. Todo
llegará. Y cuando descubras la velocidad, cuando realmente entiendas el agility
y yo sepa guiarte bien… ¡volarás!
Pero tiempo al tiempo. Hoy mi carta será corta, que yo
también estoy un pelín cansada. Tú tienes fuerza, y has tirado alguna vez de la
correa. Espero que pronto aprendas a centrarte en mí, porque entonces sí
aprenderemos a paso veloz. Duerme, pequeña.
Besos, tu ama.
PD: Me ha hecho mucha gracia el perro de la monitora. El
chico es un tranquilote, pero en cuanto le ha dicho de hacer el circuito…
flipante como corría. Quédate con la imagen que hay que llegar ahí.
lunes, 17 de febrero de 2014
Mi primera carta
Antes de nada, Natasha, sé que tú nunca vas a leer estas
cartas. ¿Qué cómo lo sé? Muy fácil, eres un perro, con todo lo que ello
conlleva. Si pudieras leer, probablemente no te escribiría estas cartas, sino
cuentos, historias y fábulas. Me pasaría horas hablándote del mundo que nos
rodea y de otras muchas cosas. Te inventaría sagas de héroes y princesas, de
dragones buenos y magos malvados, o no tan malvados. O quién sabe qué.
Imaginación creo que no me falta, y si me falta no seré yo quien lo juzgue.
Pero no puedes leer, al menos hasta donde yo sé. Muchos se
preguntarán, entonces, por qué hago esto. Mi respuesta es fácil: ¿y por qué no?
Probablemente estas cartas serán tanto para ti como para mí, para vaciar mi
mente de una manera bonita y contar esta vida nuestra, en común. No recuerdo
que nadie lo haya hecho así, y si lo han hecho, que me perdonen. No es mi
intención copiar a nadie.
Dicho esto, sentadas las bases, supongo que te preguntarás
de qué van a ir todas estas cartas. No es una respuesta fácil, ya que irán de
todo un poco. De lo que me apetezca escribir. De lo que quiera contarte, de lo
que me venga a la mente. Pero todas irán relacionadas, desde luego, con tu
mundo, con el mundo de los perros. Algunos días te hablaré de las cosas de ti
que me gustan, y otros de las que no me gustan tanto. Te daré las gracias y te
pediré disculpas. Contaré nuestros buenos momentos y los no tan buenos, y
aquellos que sin ser ni buenos ni malos sobresalgan de la realidad. ¿Te lo
imaginas?
Mañana quizás te escriba la segunda carta, al regresar de
nuestra primera clase de Agility. Tú no sabes lo que es (no puedes saberlo),
pero si lo supieras tendrías tantas ganas como yo. Será divertido, llevo ya un
tiempo esperando. Con tu inteligencia y tu habilidad atlética te lo vas a pasar
bomba. Y yo, claramente, también. Después de todo es un juego, un juego entre
nosotras dos cuyas reglas pueden parecer difíciles, pero que creo que algún día
llegaremos a dominar. Y entonces volarás por la pista, y yo podré decirme,
feliz, que todo eso es, al menos en parte, gracias a mí.
Te prometo, e intentaré de corazón cumplir mi promesa, que
seré paciente. Que te dejaré avanzar a tu ritmo, a veces rápido y a veces más
lento, tratando de ayudarte a superar tus miedos y tus dudas. Que lo conseguiremos.
Está por escrito, es una promesa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)